Elegí el que más me gustaba de todos y lo lijé.
Le pinté las betas que tenía con lápiz, pues decidí que le marcaría con la Dremel todas y cada una de ellas y así darle más movimiento a lo que sería la base de la futura lámpara.
Posterior le hice un orificio pasante con el taladro, por el cual pasaría el cable y le di una pátina con pintura acrílica blanca rebajada con agua.
Con lana le hice la tulipa.
Para ello utilicé otro taco de palé. Lo envolví en celofán, y sobre él, fui enrollando la lana. Una vez tubo el aspecto que buscaba la empapé con cola blanca rebajada con agua. Y cuando se secó le di bien de cola blanca sin rebajar para reforzarla.
Ya seca, la manché superficialmente con pintura blanca, lo cual le dio un toque muy chulo.
Con una varilla roscada que tenía de otra vez le hice el brazo que sujetaría la tulipa.
Sujeté con cinta aislante el cable a la varilla y después la forré con cinta de doble cara para forrarla con cuerda. Así quedó.
A la tulipa le hice un orificio del tamaño del casquillo, y una vez puesto este quedó sujeta. En la parte de arriba le seguí pegando, esta vez con cola, cuerda para darle el acabado.
A la base le di con betún de judea para marcarle aún más las betas.
Y así fue como me quedó esta, para mi, bonita y original lámpara. Tanto para un escritorio como para algún rincón de la casa que quieras iluminar.
Chula ¿verdad? y además totalmente hecha con elementos que reutilicé.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión me ayudará a mejorar. Eskerrik asko!