Para hacerlo utilicé la tapa de una caja de madera. Estaba formada por lamas y aprovecharía el corte para crear la forma.
Lo primero, dibujar la forma que quería hacer. Me decanté por una hoja. Simplemente me gustó.
Seguido le corté el contorno, con lo que la hoja se dividió en dos partes. Ese era mi objetivo.
Ahora tenía la forma perfecta para lo que quería hacer con ella.
Seguido uní las dos piezas en perpendicular con cola de carpintero. Le lijé los bordes, le di algo de textura con unas gubias para que no fuera totalmente lisa...
Y la teñí con tinte nogal mezclado con agua.
Una vez seco, lo barnicé para fijar el tinte, y así al darle una pátina en blanco no traspasara ésta.
La pátina se la di con pintura a la tiza. Una vez se secó le pasé la lija para desgastarla y darle un efecto envejecido. La volví a barnizar y finalmente le di un pequeño toque con betún de judea.
Ahora tocaba hacer la transferencia para personalizarlo. Tenía la imagen...
Tuve que modificarla en el ordenador ya que la consiguieron de strangis y las caras apenas se veían. Estaban muy oscuras.
Una vez mejorada la imagen hice la transferencia como siempre la hago (para saber mi técnica clica aquí). Pero en esta ocasión en vez de cola blanca rebajada con agua probé a hacerla con barniz... ¡y quedó perfecta!.
Barnizado otra vez, me dediqué a hacer con una botella de Tabasco un recipiente para la vela (aquí las técnicas que utilizo). Al cual le añadí un detalle con cuerda de cáñamo.
Lo pegué al candelabro con cola caliente y el resultado... ¡Genial!
Y a ti, ¿qué te parece?
Comparte, opina...lo que quieras.
¡Hasta pronto!
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