Primero probé con un perchero temporal para ver la reacción de los niños, y qué sorpresa la mía, vaya ilusión que les hizo, nada más llegar a casa allí se dirigían a colgar las chaquetas a todo correr.
Aún no lo he colgado, lo estoy deseando. Pero primero lo primero, que es escribir este post de cómo lo hice.
Para ello aproveché unos frisos que me sobraron de una obra anterior, y como yo guardo lo que pillo...
A una mesa que me dieron para transformarla, a la que le quité unos listones que no me interesaban para lo que quiero hacer con ella.
Y finalmente, corté unas ramas que me gustaron para hacer el colgador.
He aquí la foto de los materiales.
Al principio pensé en utilizar unas rodajas de una rama como decoración (por eso aparecen en la foto) pero al final no las puse ya que para mi gusto quedaba un poco recargado.
Pegué los frisos entre sí, y con los listones (previamente lijados, pintados con esmalte blanco y una vez seco vuelto a lijar y luego barnizar) hice un marco que pegué con cola blanca y atornillé con unos tirafondos a los frisos.
Las ramas, tras cortarlas a la medida que quería, las lijé y barnicé.
Para unirlas a los frisos utilicé unos tubillones. Hice unos orificios tanto a las ramas como al friso, y tras dar un poco de cola han quedado perfectos.
Y eso es todo amigos!
Un perchero útil, muy fácil, económico y reciclado. ¿Qué os parece?
Hasta la próxima.
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